jueves, 26 de marzo de 2009

#4


Es tuya, es mía y de aquél.

Hay imágenes que trascienden el instante en que el fotógrafo hizo su "click" y que reflejan una vieja (y no siempre conocida) historia. Ésta es una de ellas, tomada exactamente el 10 de marzo de 2008 en las afueras de Manaos, Brasil.

Una indígena, con su hijo a cuestas, intenta detener el avance de la policía estatal, cuyo objetivo es desalojar a un grupo de familias del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra, que estaban ocupando un terreno en la ciudad amazónica. En total 200 personas, para ser más precisos.

Pero haciendo un "zoom out" y mirando más allá de este hecho puntual, de esta mujer y de esos palos, está la lucha diaria de los Sin Tierra, que consideran legítimo su derecho a vivir y producir en esas zonas, porque el destino natural de todo suelo es dar frutos y medios de supervivencia. Buscan así a lo largo del inmenso Brasil terrenos improductivos y se instalan, para enojo de quienes consideran legítimo su derecho a "poseer" esas tierras como se les plazca, porque para eso la han comprado o adquirido de algún modo.

La policía usa la razón de la fuerza, con perros entrenados y gases lacrimógenos, que chocan contra los arcos y flechas de los ilegales moradores, que se resisten a abandonar la fuerza de su razón: la tierra es de quien la trabaja. "¡Todo mío! ¡Todo tuyo! ¡Todo nuestro!", gritaba el cacique charrúa Sepé, otro desplazado por no entender las leyes del hombre moderno.

Luiz Vasconcelos / Brasil / Diario A Crítica/Zuma Press Ganadora del 1er. Premio en el rubro "Noticias generales".



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Tarda, pero tarda.


El 4 de mayo de 2008 un ciclón bautizado Nargis descargó su furia sobre Myanmar (o Birmania), dejando 100.000 víctimas y dos millones de desplazados, según organizaciones internacionales, cifras bastante mayores a las "oficiales" pero también catastróficas informadas por el régimen dictatorial que gobierna el país desde 1962 y que contó 28.500 muertos y 33.000 desaparecidos.

Según la FAO, la zona más afectada por el ciclón es conocida como la "despensa de Myanmar", por ser la que produce la mayor parte de los alimentos básicos del país: fundamentalmente arroz y pescado. Varios días después del paso del Nargis, el fotógrafo francés Olivier Laban Mattei retrató el momento feliz, si cabe el adjetivo, de un grupo de niños que reciben comida arrojada desde un bote. Como éstas, miles de familias birmanas recibieron alimentos y otros implementos de primera necesidad, donaciones frecuentes tras una catástrofe como la vivida.

Pero en el caso de Myanmar estas donaciones tardaron en llegar unos días más de lo previsto. ¿La razón? El gobierno impidió la entrada de los coordinadores extranjeros para la entrega de la ayuda humanitaria y decomisó las remesas de asistencia, colocándolas en cajas impresas con el sello del gobierno para luego, sí, entregarlas.

Aquellos que osaron criticar el manejo del gobierno frente al desastre fueron severamente castigados, como le ocurrió a un comediante local que fue sentenciado a 45 años de prisión por referirse a este tema. Para los birmanos más desolados, en tanto, no había más opción que agradecer a la junta militar que dirige los destinos del país, que llegó en forma de sello a su plato, en medio de la más profunda desesperación.

Olivier Laban Mattei / Francia / Agencia France-Presse Ganadora del 3er. Premio en el rubro "Noticias generales".


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Sobre el WPP

El World Press Photo está abierto a todos los fotógrafos de prensa profesionales, así como a agencias, periódicos y revistas que quieran inscribir sus mejores fotografías del año previo. El premio a la mejor foto del año consta de 10.000 euros, un viaje a la entrega de premios en Amsterdam, Holanda, y una cámara digital profesional.

Por más información sobre World Press Photo y sus actividades www.worldpressphoto.org

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy fotógrafo argentino y vivo en España: estuve en Myanmar hace un año haciendo un trabajo para IPS y es como bajar al infierno.
No hay prácticamente agua potable, y hasta hacer un chiste en inglés sobre la carestía de algún producto, le puede llevar a la cárcel o la expulsión inmediata del país al reportero.

Celebro que en una web uruguaya se muestre esta realidad, porque de la Argentina no encontré ni un blog sobre el tema.

Saludos.
Ricardo S.

inesnogueiras dijo...

Hola Ricardo, bienvenido y gracias. Realmente quedé impactada al bucear un poco en el tema para hacer este brevísimo comentario; lo de la ayuda retrasada para rotularla con el sello del gobierno me dio muchísima bronca.

No puedo imaginar lo que debe ser trabajar como reportero en un lugar así (yo fui a cubrir el después de las inundaciones que hubo hace dos años en el interior de mi país y quedé desolada, y la realidad no era de la magnitud de esta).


Saludos!

NuMaN dijo...

Terrible, cinco siglos igual diría leon gieco...o cinco siglos y peor,no sé.

Unknown dijo...

Sabes que la cosa en Myanmar esta salda...me hace acordad a las peliculas de Chuck Norris en la Selva, en donde los Jefes de los campamentos era MALISIMOS Y RECONTRA CRUELES...
Uno puede semtir mucha pena, acompañado de eso una carga importante de impotencia, por el hecho de saber que no se puede hacer mucho desde nuestra posición.

Y las Grandes Potencias se preocupan si Se funde un Banco....el mundo esta patas pa'arriba, no hay vueltas...

En cuanto a los "Sin Tierra", pensar que el GObierno de Lula poco ha hecho...

Chorifly...¿de que generacion de Ciencias de la Comunicación sos?

inesnogueiras dijo...

Hola Pi gracias por sumarte a este espacio.

Estuve leyendo lo de Brasil bastante y los Sin Tierra presentaron un programa al primer gobierno de Lula para asentar 400.000 familias y cuatro años despues habían asentado 21.000, desde entonces tomaron distancia. Lento pero lento, le dicen, no?

soy generación 2000, por mas detalles mandame un mail, ja!.